Claudia Sánchez, líder Orifen

Conectar a los mayores con las TIC, el propósito de Claudia Pinzón

Claudia Pinzón Sacristán tiene 35 años y es hija única, no tuvo muchos primos, así que su vida siempre giró en torno a sus padres y abuelos. Todos los momentos vividos junto a ellos han sido una gran inspiración en su ejercicio de liderazgo, a través del cual ha impactado a más de 1400 personas mayores.

Todo empezó cuando estudiaba Comunicación Social – Periodismo, como estudiante se involucró en el instituto de sistemas en el que trabajaba su madre, en donde capacitaban jóvenes en el manejo de herramientas digitales, un mundo que la llevó a notar las infinitas dificultades que atraviesan las personas mayores para usar las TIC.

Esa sensibilidad se convirtió en una incomodidad cuando llegaba a su casa y veía a sus abuelitos luchando por aprender a manejar un computador o un celular inteligente. Así que cuando llegó la oportunidad de cambiar este panorama, no lo dudó.

El nacimiento de un proyecto enfocado en las personas mayores

Mientras sus pensamientos iban y venían en busca de una solución, a la madre de Claudia se le presentó la oportunidad de liderar el instituto para el que trabajaba. Inmediatamente, su instinto la llevó a pensar en su hija como su alfil en ese nuevo reto.

Aunque trabajar junto a su admirada madre era un sueño cumplido, el sí de Claudia estaba condicionado a la oportunidad de abrir un espacio de capacitación para personas mayores, una idea que fue acogida de inmediato. Así nació el programa ‘Adulto mayor, intégrate’.

Para la primera convocatoria que en ese entonces era presencial, “la fila le daba la vuelta a la manzana”. Motivada por esta acogida, Claudia quiso expandir horizontes y empezó a buscar referentes nacionales, encontrando con tristeza que hay muy pocos programas de este tipo en el país, lo que la impulsa en los momentos difíciles.

Pese a que las expectativas y ganas de trabajar por esta población eran inmensas, el desconocimiento en temas administrativos y jurídicos sobre el instituto condujeron a una quiebra, que posteriormente ocasionó el cierre de la organización.

Conscientes de que su proyecto estaba cambiando vidas, Claudia y su madre empezaron a buscar opciones y alianzas para reabrir, esta vez sobre unas bases más sólidas. Así, en el 2014, constituyeron legalmente la Fundación Percomputo, en donde Claudia, además de ser cofundadora, es coordinadora de proyectos, un rol de liderazgo a través del que ha tenido que sortear diversos retos en busca de mantener a flote este proyecto.

El que persevera, alcanza

Entre el 2014 y el 2016, Claudia enfrentó el fantasma de la quiebra en varias ocasiones, pero su vocación de querer brindar a las personas mayores un espacio de capacitación era más fuerte que todas esas dificultades.

Entre todas las puertas que tocó en busca de gestionar alianzas y recursos, en 2016 encontró una pequeña luz: el Premio Cívico Por Una Ciudad Mejor. Para ese momento ella y su equipo ya habían recibido bastantes “No”, así que no había mucha expectativa en la postulación. No obstante, 15 días después recibió la confirmación de que el programa ‘Adulto mayor, intégrate’ pasaba a la siguiente fase.

La iniciativa, en la que Claudia creía más que nada en el mundo, fue superando las fases del concurso hasta llegar a ser finalista, ocupando el tercer lugar, siendo el único proyecto enfocado en personas mayores. Además del reconocimiento, fueron ganadores de un capital semilla que dio origen a una oportunidad para la empresa.

Para entonces, Claudia estaba más tranquila gracias a los resultados que estaba dando su liderazgo, aunque intentaba escalar más su impacto, algo que logró cuando Cívico se contactó nuevamente con ella para informarle que era la beneficiaria de una beca de Origen Red de Liderazgo que le permitiría realizar el Programa Integral de Liderazgo – PIL.

El detonante de un liderazgo de alto impacto

“Lo que hizo Origen en mi vida fue un cambio total porque a mí me costaba mucho hablar, así que llegué a Origen muy tímida. Pero en el tiempo en el que estuve realizando el programa me descubrí… descubrí por qué estoy haciendo lo que estoy haciendo y entendí el valor que tiene mi vida. Todo cambió”, recuerda Claudia.

Además de descubrir esa líder que moviliza grandes cambios que habita en ella, en Origen se conectó con personas increíbles que creen en su potencial y en su proyecto. Fue así como al culminar el programa y gracias a esos contactos que estableció, nació una alianza con la Fundación Arturo & Enrica Sesana (FAES) que hoy en día sigue dando frutos.

Esa inyección de conocimiento y capital que llegó a Percomputo fue un detonante increíble para crecer, pero cuando la pandemia llegó, el golpe fue bastante duro. En ese momento el proyecto se detuvo y, nuevamente, Claudia sentía que todas las puertas se cerraban. Sin embargo, luego de recibir los mensajes de sus graduados dándole las gracias porque sus enseñanzas les permitían comunicarse con sus familiares en medio de la incertidumbre del momento, la chispa brilló aún más fuerte.

En medio de uno de los momentos más complejos de la historia moderna, Claudia inició un nuevo programa para las personas que requerían asesoría para manejar herramientas digitales desde la seguridad de sus hogares. La comunicación inició a través del teléfono fijo, desde donde los profesores brindaban las capacitaciones.

Increíblemente, aunque todos en la empresa pensaban que la pandemia derrumbaría el proyecto de Claudia, pasó todo lo contrario, lo fortaleció y fue cuando su programa insignia dejó de llamarse ‘Adulto mayor, intégrate’ para ser ‘Mayores digitales’, con el cual ha escalado como nunca su impacto en la población de personas mayores de Colombia.

Actualmente, nuestra líder Origen se encuentra liderando una nueva versión de esta iniciativa junto a 101ideas y FAES, con la que se busca capacitar a 2000 personas mayores en Colombia en el desarrollo de habilidades digitales para el emprendimiento y la empleabilidad, en tres cohortes. De esta forma, se busca que estas personas comprendan que su edad no es un limitante para seguir generando ingresos y que aún hay mucho camino para ellos.

Con todos estos altibajos y retos, Claudia se siente muy orgullosa del proyecto que creó en busca de cambiar el chip de las personas mayores y de su entorno, al comprender que “la vejez no es sinónimo de dependencia”.

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