La universidad, el sueño que Andrés Manrique acerca a los jóvenes

Hace de la educación superior el sueño cumplido de cientos de jóvenes

Andrés Manrique tiene 30 años y desde que tiene uso de razón ha pensado en la educación como el camino hacia una mejor calidad de vida y como un motor de transformación social. Creció en Usme, en la localidad de Ciudad Bolívar, en el seno de una familia humilde en donde su mamá fue madre y padre al mismo tiempo y en donde empezó a gestar el sueño que su abuelita sembró como una semilla en su mente y que hoy comparte con cientos de jóvenes en Bogotá: ser el primer profesional universitario en su familia.

Para muchos, el ingreso a la universidad es un paso más en la carrera de la vida, pero para Andrés era mucho más que eso, era la esperanza de un mejor futuro para él y los suyos. Se graduó como uno de los mejores estudiantes de su promoción y creyó que esta sería la puerta de entrada a la universidad pública, pero no fue así. 

“Me presenté cinco veces a la Universidad Nacional de Colombia porque era la única alternativa que mi familia y yo veíamos viable para poder estudiar, pues en las privadas los costos de las matrículas eran muy elevados. Entonces, era sí o sí una universidad pública”, recuerda. 

Su empeño era tan grande que no desistió y, durante dos años y medio, se dedicó a prepararse para lograr pasar el examen de admisión. Andrés cuenta que obtener el ingreso se convirtió en una lucha frente a frente con su mayor adversario. 

“Yo creo que todas las personas valemos por algo, tenemos un potencial que solo hay que saber direccionar para sacarle provecho. Cuando la universidad me rechazó, yo me preguntaba quiénes son ellos para rechazarme, con qué derecho me rechazaban a mí. No obstante, este impase se convirtió en un reto personal para medir qué tan capaz decía que era, sin pensar que me llevaría tan lejos”, precisa. 

Justo ahí su vida cambió para siempre, no solo porque logró ingresar a la universidad, sino porque surgió la idea de compartir su sueño con otros jóvenes que, como él, veían truncadas sus aspiraciones profesionales por no tener el nivel académico para superar la prueba. Antes de iniciar su pregrado en psicología, creó lo que llamó un grupo de estudios en el que él y otros compañeros compartían sus conocimientos con jóvenes de escasos recursos y los preparaban para asegurar un cupo en ‘la U’. 

Del grupo de estudios a Aspirantes.org 

Al principio, Andrés consolidó el grupo de estudios para evitarle a otros jóvenes las dificultades que él tuvo que pasar para acceder a la educación superior. No era consciente de que estaba ejerciendo un rol de liderazgo que estaba impactando a jóvenes que tal vez habían desechado la idea de ir a la universidad al centrarse solo en sus carencias y no en sus oportunidades.  

Fue por esos días, cuando cursaba cuarto semestre de psicología, que leyó la noticia de que Origen Red de Liderazgo estaba entregando becas para fortalecer y escalar el impacto de los líderes en el país. Con ese ánimo curioso y sediento de conocimiento que lo caracteriza, se inscribió. Poco después, recibió la llamada en la que le confirmaron que había obtenido una beca del 90 % para realizar el Programa Integral de Liderazgo – PIL

“Yo debía pagar el otro 10 %, así que ahí lo pensé… porque estaba ‘vaciado’ y no me veía pagando ese dinero, era algo que me daba temor”, recuerda entre risas. 

“Aun así, me subí en ese barco del liderazgo colectivo. En Origen me daban facilidades para pagar a cuotas, así que lo hice y no me arrepiento para nada. Cada espacio de formación era muy inspirador para mí porque me llevó a conocerme, a descubrirme, a fortalecer mis debilidades y a trabajar sobre los temores que tenía. Fui el líder más joven de esa cohorte”, añade. 

En Origen no solo descubrió a ese líder que habita en él, sino que encontró apoyo y alianzas estratégicas que fueron fundamentales. Varios de sus compañeros lo motivaron, le compartieron sus experiencias y lo ayudaron en los trámites necesarios para consolidarse jurídicamente, convirtiendo su grupo de estudios en la fundación Aspirantes.org.  

Un sueño sin límites 

Luego de hacer su programa de liderazgo, Andrés se quedó en la familia Origen: participó en el Programa de Mentorías y sigue teniendo estrecha relación con los líderes que ha conocido en el proceso, de quienes no se cansa de aprender. 

Justamente, a partir de estos procesos, Andrés comprendió que un buen líder no es quien se queda para siempre en este rol, sino aquel que enseña, comparte y ofrece la oportunidad para que otros también ejerzan su liderazgo. Es por eso que, tras siete años de estar a la cabeza de la fundación, cedió su cargo para iniciar un nuevo proyecto. 

“Estoy acompañando procesos de la fundación, pero cedí el liderazgo a nuevos jóvenes que, incluso, también se están formando en Origen. En el momento estoy apoyando un programa a nivel distrital que se llama La U. en tu colegio, vinculado a la Agencia de Educación Superior, Ciencia y Tecnología – ATENEA, de la Secretaría de Educación de Bogotá”, explica.  

Desde este nuevo rol, Andrés sigue compartiendo con más jóvenes de Bogotá su experiencia y ese sueño que cumplió de transformar su vida a través de la educación superior, pues después de culminar su pregrado estudió también una maestría en Educación, lo cual ha consolidado como nunca ese sueño que inició hace ya varios años y le ha dado tantos frutos. 

Ahora no solo prepara a los jóvenes para pasar el examen de admisión a ‘la U’, lleva opciones de formación técnica y tecnológica a los colegios de Ciudad Bolívar, Usaquén y San Cristóbal Sur, entre otras localidades vulnerables de la ciudad. “Estamos impactando más o menos a 1000 jóvenes para que después de iniciar sus estudios técnicos puedan continuar su formación con tecnologías y programas profesionales”, concluye Andrés. 

Te puede interesar

Laura Sánchez: una feminista comprometida con el cierre de brechas

Martín Rivera, el concejal de Bogotá que busca dignificar la política