El empresario social que revalorizó la panela colombiana

El empresario que llevó la panela colombiana a otro nivel

Hacer que las cosas pasen es una de las máximas de vida de Fernando Heincke, quien se describe como un apasionado que en los últimos años ha trabajado por la transformación del agro en Colombia. Es esta convicción la que lo ha llevado a ser uno de los empresarios más reconocidos del país, quien creyó en el potencial de la panela y hoy dirige Heincke Group, un grupo empresarial certificado por su triple impacto: social, ambiental y económico, y uno de los principales exportadores de este producto.

Aunque esta experiencia suena muy exitosa, a Fernando le gusta recordar que antes de consolidar esta organización hizo varios intentos fallidos, pues considera que esas “embarradas” han sido la antesala de sus actuales logros. “Yo monté mi primera compañía a los 21 años, así que me he formado en el campo de batalla porque no estudié para ser empresario. De hecho, me salí de la universidad en sexto semestre porque estudiaba en una universidad bastante tradicionalista que no veía en mi proyecto de panela un camino”.

Y no solo no veían la panela como una opción de negocio, sino como algo que no tenía futuro en el mercado nacional, mucho menos en el internacional. No obstante, Fernando hizo oídos sordos y siguió su intuición hasta que la fórmula le salió perfecta, demostrando que este producto tradicional sí tiene un gran valor. Incluso, en la actualidad, Heincke Group distribuye sus productos en Colombia, Estados Unidos y Europa, tiene 23 plantas de producción en 8 departamentos del país, agrupa a 205 productores e impacta a 2447 familias que viven de la operación.

Además, como un buen visionario, Fernando elevó el nivel de este insumo al generar derivados mucho más atractivos y competitivos, como la panela en polvo orgánica que viene en cuatro presentaciones con certificaciones y denominación de origen; la panela convencional que viene en seis presentaciones diferentes, y la miel de caña orgánica, también conocida como panela líquida.

“Se ha creído que la panela es una causa perdida, pero nosotros la tomamos como caballo de batalla y la convertimos en una excusa superpoderosa. Creemos que la agroindustria puede ser un faro de sostenibilidad y prosperidad para todos, y estamos decididos a liderar ese cambio”, enfatiza Heincke, pues, la organización no solo comparte con el mundo la dulzura de la panela, sino que desarrolla, produce y transforma alimentos sostenibles entre los que se incluyen las barras energéticas, los snacks saludables y las especias.

Un líder hecho a pulso, por dentro y por fuera

Pese a que Fernando asegura que no estudió para ser empresario, sí que ha sabido posicionarse como uno de los mejores. Incluso, ha sido merecedor de reconocimientos como el premio Líder IN 2021, otorgado por la ANDI y el programa Alianzas para la Reconciliación, de USAID y ACDI/VOCA.

No obstante, para lograrlo ha tenido que ponerse a prueba en muchas dimensiones y aprender en el camino a ser también un líder responsable de sus acciones y de sus palabras. En ese aprender, considera que su paso por el Programa Integral de Liderazgo – PIL y el Programa de Mentorías Origen fueron fundamentales para convertirse en un líder más empático.

“Para mí, Origen es un viaje muy personal y no es algo que pasa de ya para ya. Yo me reté a aprender, a oír, a absorber el conocimiento que tienen las personas con las que compartí y creo que los grandes aprendizajes los empecé a ver después. Algo que aprendí y es bien importante es la percepción de otros sobre lo que uno dice y el impacto de lo que yo digo en otros, eso ha cambiado la forma en la que yo me relaciono”, precisa.

De hecho, hace énfasis en que en su organización se adoptó un modelo de conversaciones difíciles similar al de Origen, que allí se llama conversaciones valientes, en las que él como líder aborda temas complejos, pero que tienen en el centro el respeto y el cuidado por el otro. Asegura que de esta manera ha logrado hacer una retroalimentación efectiva que va más allá de subrayar lo que no se hace bien, para motivar a la otra parte a mejorar en sus resultados.

No en vano, una de las premisas internas es que los colaboradores son el activo más valioso de la compañía, la cual está en este momento en un proceso de expansión para duplicar su operación. Lo que, sin duda, junto a la tenacidad y la convicción de impulsar la innovación y la sostenibilidad del campo que habitan en Fernando, serán los catalizadores de un impacto cada vez mayor.

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